EL JEAN

El inmigrante alemán Levi Strauss nunca
se imaginó que fundaría un emporio al
crear unos pantalones de algodón para los
buscadores de oro del oeste norteamericano.
Pero lo hizo y la cultura popular se lo
apropiaría con imágenes de hombres rudos
y mujeres rebeldes ataviados con el inigualable
pantalón
denim: John Wayne,
James Dean,
Marlon Brando, Elvis
Presley y Marilyn
Monroe fueron
su símbolo.
Pero, para la
moda la popularidad
no era suficiente.
Fue necesario que
llegara la revolución
de mayo de 1968 en
Francia. “El mundo
cambió: Europa aceptó
el jean y a partir de
ese momento se volvió
un estatus, hasta
hoy”, asegura Pilar
Castaño. Y es cierto.
Fue Gloria Vanderbilt
la que lo volvió
prenda de diseño. Elio
Fiorucci le incluyó taches
o angelitos y experimentó
con el índigo,
ideas que heredaron
los diseñadores y
las marcas que se quedarían
con el negocio,
Calvin Klein, Marithé François Girbaud,
Tommy Hilfiger, Donna Karan, Moschino,
Diesel… Hoy no hay ropero que se considere
completo sin uno o varios jeans que sirvan
para todas las ocasiones. Lograron colarse
como la prenda democrática, como el
símbolo de una época, una que se prolonga
y que no planea desecharlos. No todavía.
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