miércoles, 27 de enero de 2016


EL JEAN

    Una de las prendas más relevantes del siglo XX y que sigue mandando la parada no tuvo una cuna ni refinada, ni femenina, sin embargo, revolucionó la industria e impuso su estilo.

    El inmigrante alemán Levi Strauss nunca se imaginó que fundaría un emporio al crear unos pantalones de algodón para los buscadores de oro del oeste norteamericano. Pero lo hizo y la cultura popular se lo apropiaría con imágenes de hombres rudos y mujeres rebeldes ataviados con el inigualable pantalón denim: John Wayne, James Dean, Marlon Brando, Elvis Presley y Marilyn Monroe fueron su símbolo. Pero, para la moda la popularidad no era suficiente. Fue necesario que llegara la revolución de mayo de 1968 en Francia. “El mundo cambió: Europa aceptó el jean y a partir de ese momento se volvió un estatus, hasta hoy”, asegura Pilar Castaño. Y es cierto. Fue Gloria Vanderbilt la que lo volvió prenda de diseño. Elio Fiorucci le incluyó taches o angelitos y experimentó con el índigo, ideas que heredaron los diseñadores y las marcas que se quedarían con el negocio, Calvin Klein, Marithé François Girbaud, Tommy Hilfiger, Donna Karan, Moschino, Diesel… Hoy no hay ropero que se considere completo sin uno o varios jeans que sirvan para todas las ocasiones. Lograron colarse como la prenda democrática, como el símbolo de una época, una que se prolonga y que no planea desecharlos. No todavía.

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